Aparte de un conejo, dos liebres y una perdiz que han salido espantados a mi paso, se han acercado un par de pajarillos que he podido tener al alcance del objetivo de la cámara. ¡Esta vez eran más fáciles de identificar! El primero, un gracioso mito, un ave diminuta, rechoncha, de cola larga y de canto alegre, que venía con una pluma en el pico para colocarla en el nido.
Y el segundo, un carbonero común, de colores vivos y un canto a veces alegre y otras veces estridente, quizás dando la voz de alarma de que andaba por allí un tipo sin mucha prisa.
La cola del embalse en esta zona estaba como nunca yo la había visto:
Y eso que el nivel del agua ya ha bajado algo. De hecho, no es normal ver esto:
Y aunque esperaba haber visto algún ciervo, hoy no se han dejado ver, a pesar de haber sido muy sigiloso, cosa que el suelo húmedo y lleno de hierba verde facilita bastante.
Aunque ojo con los famosos brotes verdes, que puede que lleven sorpresa.vía COMPARTÓDROMO de Tomás el 21/03/10
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