Las aguas mineromedicinales han sido un tratamiento curativo de muchas dolencias, desde tiempos remotos. Según las épocas, han estado más ó menos de moda los balnearios, lugares diseñados para tomar los baños, aplicarse parafangos, y otras técnicas cada vez más demandadas como los masajes. También se reciben las atenciones del personal especializado procurando el bienestar integral de la persona que llega buscando recuperar su salud física y psíquica. Allá donde se ha descubierto un manantial con propiedades curativas, se ha aprovechado casi siempre para montar un complejo al que acudan quienes puedan estar aquejados por afecciones para cuya mejora estén las aguas indicadas.
Con más o menos solera y calidad en sus instalaciones, pueden encontrarse balnearios en todas las regiones españolas. En Extremadura algunos de los más visitados son Baños de Montemayor , Balneario de Alange y el Raposo. En el primero las aguas salen de la tierra a 43º, en el Alange manan a tan solo 28º y en el Raposo son los parafangos los que le confieren su identidad. En el caso de Alange, si valiosas son sus aguas, desde el punto de vista histórico y monumental lo son tanto las termas romanas en las que aún en nuestros días, se sumergen los bañistas tal y como lo hacían los romanos de los alrededores de Emérita Augusta.Ciertamente, un plan redondo cuando se programa y viaje de relax, y turismo rural, es incluir en la ruta una parada en un centro termal en el que te trasladen al paraíso de los placeres que nos proporcionen una total
recuperación del equilibrio
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